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Los años 2015-2017 fueron los más disruptivos para el periodismo digital, más incluso que en sus inicios. ¿Por qué? Porque durante ese período se dieron lugar tres grandes tendencias que lo cambiaron todo:
- Plataformas de distribución de contenidos (Facebook y Google principalmente) se han destacado como líderes en el mundo informativo online.
- Los smartphones se han convertido en el primer dispositivo para el consumo de información, antes incluso que el ordenador personal.
- Desde 2016 se comenzó a emplear el término fake news para designar la preocupante tendencia de noticias falsas de extensión global de muy difícil extensión.
Además, la irrupción en escena de otros formatos periodísticos facilitados por las innovaciones tecnológicas tales como los podcasts y las newsletters, el slow journalism, los reportajes multimedia o el periodismo inmersivo han transformado completamente el panorama actual. Y es que la dependencia de los medios para con estas plataformas se ve cada vez más potenciada por el uso del Smartphone en el consumo de información, mobile first.
Los llamados infomediarios – Google, Apple, Facebook, Twitter o Snapchat, etc. – imponen sus condiciones en la distribución de noticias a los propios creadores de contenido, acaparando la influencia total en la red. ¿Cómo llegan las noticias a la audiencia a través de estas plataformas? El funcionamiento que siguen responde a recomendaciones personales basadas en algoritmos complejos y desconocidos hasta la fecha para el público y la prensa.
Las plataformas de distribución de contenidos han damnificado a los medios mientras que han facilitado fenómenos como las fake news
El éxito está asegurado: la segunda razón para el público de usar las redes sociales es conocer las noticias de actualidad (después de relacionarse con sus contactos). Además de la consecuente pérdida de influencia, los medios se lamentan de la disminución progresiva de sus ingresos, sin los cuales su modelo de negocio peligra. Y es que bajo este modelo, una gran parte de los ingresos generados por la publicidad va a parar a los gestores o infomediarios.
Desde que en mayo de 2015 Facebook lanzaba los Instant Articles, todas las compañías social media diseñaron implementaciones tecnológicas para potenciar el consumo de noticias de en el móvil: Twitter lanzó Moments, Google; Accelerate Mobile Pages (AMP) y Apple; Apple News. De todas ellas la que más controversia ha levantado hasta la fecha ha sido Facebook, pues su Instant Articles es el que ofrece una experiencia de lectura más rápida (el tiempo de carga de las noticias es significativamente menor), ilimitada en cuanto a número de noticias y compartida en cuanto a los ingresos generados (Facebook se quedaba con la mitad de la publicidad).
Una de las tendencias de los medios derivada de este panorama ha sido la restricción a suscriptores en el periodismo digital
En este contexto, las fake news comenzaron a recibir cada vez más atención mediática desde la campaña del Brexit en Reino Unido y las elecciones norteamericanas de 2016. Un gran número de noticias no contrastadas y sin fuentes identificadas apareció disimulado en el maremágnum sobreinformativo de la red. Por ello, aunque las noticias falsas hayan existido desde siempre, es en este momento en el que alcanzan una dimensión preocupante por su rápida extensión y su increíble magnitud.
Para disminuir la extensión de las fake news e informarse de manera correcta es importante usar otras plataformas de Internet que dispongan de contenidos fiables y fuentes veraces
¿En qué medida esta era del big data ha facilitado la propagación de datos falsos? La credibilidad de las empresas de información se ve gravemente afectada por la nula veracidad de las noticias que más se propagan, y además este descrédito se traslada al resto de medios. Consternados por esta premisa, Facebook realizó importantes cambios en sus algoritmos el año pasado su verdadera transformación se va producir este 2018, según el último comunicado que han realizado.
Según esta reciente nota, Facebook ahora pretende frenar estas noticias fake contextualizando cada artículo, según ha declarado recientemente. No obstante esta actualización se va a implantar de momento solo en Estados Unidos, donde los usuarios podrán ver una pestaña en la que aparezca “acerca de este artículo” para poder corroborar por ellos mismos que se trata de una fuente fiable. Estas funciones han sido diseñadas por trabajadores del Facebook Journalism Project, una propuesta de la red para establecer una mejor relación con la industria informativa.
A pesar de esta medida, otros modelos de negocio subyacentes al actual llevan ya tiempo apoyando un escenario informativo profesional en el periodismo digital: medios alentados por The New York Times (que llegó a los 2 millones de suscriptores en 2017) vieron como solución la restricción a los suscriptores; que en casos como El Diario o CTXT en España el modelo se extiende a los suscriptores/socios, garantizando la independencia de sus contenidos.
Las soluciones pasan por no dejar todo el protagonismo a los infomediarios, sino emplear otras plataformas que usen fuentes fidedignas. Ante la profusión de contenidos en Internet es primordial elegir aquellos que sean de mayor calidad. Sitios que alojan contenidos fiables son las bibliotecas digitales o los buscadores académicos. Es importante que este tipo de páginas estén actualizadas, hagan referencia a otras fuentes y cuenten con la autoría de los materiales.
A. Sánchez