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La educación es uno de los pilares centrales y de mayor importancia en la vida de cualquier ser humano. Efectivamente, a través de ella, logramos un mayor avance no solamente de los individuos sino también de la sociedad en su conjunto.
Con una mejor educación, se puede alcanzar el crecimiento personal, laboral y económico necesarios para el desarrollo de una ciudad, de un país, de una nación; para nutrir el capital social de forma general. Por eso, el acceso equitativo a la educación es una de las mayores preocupaciones en el sector. En esta era digital en la que evolucionamos actualmente, las tecnologías educativas se pueden poner al servicio de esta causa, siempre y cuando ofrezcan funcionalidades relevantes y se implementen de forma adecuada.
Como lo hemos mencionado anteriormente, la lectura ocupa un lugar central en el aprendizaje, ya que constituye uno de los mecanismos básicos para transmitir información y conocimiento. Efectivamente, gran parte del éxito a lo largo del curso escolar depende de las habilidades en lectura y estas, deben ejercerse de manera continua y con seguimiento para rendir los mejores resultados.
El reto de implementación de una biblioteca escolar
En este marco, los avances que permite la tecnología son de gran ayuda. Antes de la era digital, la implementación de actividades de lectura podía suponer un reto para una escuela. Efectivamente, se requiere no solamente la compra de diferentes materiales educativos (libros, revistas, enciclopedias, etc.) pero también es necesario contar con personal encargado de su manejo, suficientes copias para cada alumno, espacio de almacenamiento, etc. De cierta forma, una biblioteca educativa en su uso tradicional no permite gran margen de maniobra en cuanto a rotación de contenido, diversificación y actualización de la oferta. Quién no recuerda la biblioteca de su centro escolar como un lugar un poco fuera de contexto, con aires antiguos y libros que parecían dormir ahí desde hace más de 2 décadas?
Por otra parte, si los recursos no los proporciona enteramente la escuela, puede llevar a alimentar la desigualdad entre alumnos, ya que todas las familias no disponen del presupuesto necesario para poder adquirir títulos de forma regular. También, como lo hemos mencionado, para producir todos sus efectos benéficos, la lectura es un ejercicio que requiere seguimiento, apoyo y orientación, lo cual no todas las familias están cualificadas para dar. En este tipo de caso, los alumnos que no disponen del apoyo suficiente en casa pueden verse desfavorecidos y observar cierta desventaja en el proceso de aprendizaje, a comparación de otros compañeros.
¿Por qué optar por una herramienta digital de lectoescritura?
Por eso, la influencia de la era digital en educación es clave, ya que permite en cierta forma responder a algunos de estos desafíos. Con una tecnología educativa apropiada, se puede contribuir a mejorar los hábitos de lectura, el nivel de alfabetización, la comprensión lectora y mucho más. Una de las alternativas digitales que hacen posible esos cambios son las herramientas digitales de lectoescritura.
Efectivamente, dichas herramientas permiten:
- tener en un solo lugar y de forma centralizada, miles de títulos de temas, autores y géneros diferentes por un precio competitivo y sin necesidad de ampliar zona de almacenamiento.
- adaptar las actividades de lectura al ámbito tecnológico dándoles un nuevo impulso, a través del cual los nativos digitales puedan sentirse más identificados con plataformas de uso intuitivo, con una interfaz y un funcionamiento general al cual están acostumbrados en su día a día. Esto permite darle un sentido más atractivo a las actividades de lectoescritura, fomentando hábitos de lectura que perdurarán en el tiempo beneficiando la totalidad del proceso educativo
- mantener al día la oferta de títulos, adaptarla a diferentes contextos, revisarla o cambiarla según los enfoques del año escolar, construir su propio listado según el programa educativo pero también según los valores y los puntos de interés del centro escolar
- el uso de las funcionalidades en modo offline, permitiendo un acceso democrático a los contenidos también para aquellas familias con acceso limitado a internet.
- ofrecerle a cada alumno, dentro del programa escolar, la posibilidad de consultar contenido diversificado (libros, ebooks, audiolibros, videos, podcasts, revistas, etc.) evitando que estas actividades entren en gastos particulares a decisión de cada familia y permitiendo un acceso más equitativo a dichos recursos
- potenciar los padres y las madres en su implicación en las actividades de lectoescritura de sus hijos, con programas de aprendizaje personalizados y preestablecidos pero también datos de seguimientos para ayudarlos a evaluar el progreso educativo de sus hijos.
Si tradicionalmente, para los alumnos la lectura podía asociarse con adjetivos como “aburrido” o “poco interesante” y los hábitos lectores solían cultivarse en ciertos círculos cerrados, hoy en día el uso de herramientas educativas digitales permite darle una nueva imagen a la lectura, más atractiva para los nativos digitales pero también más fácil de gestionar tanto para los centros educativos, como para los docentes y las familias, permitiendo fomentar un acceso más democrático a la educación.