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De tanto en tanto, madres, padres, profesores y profesoras, nos planteamos retos pendientes en relación con aspectos diversos; también con la lectura. Por ello, compartimos algunas ideas fáciles para contribuir a que los niños y jóvenes lean más durante el periodo de vacaciones.
En este artículo nos centraremos en los lectores en flor y en los lectores dando fruto.
9-11 años: lectores en flor
Habla de sus lecturas
A partir de los nueve años, aunque los chicos van ganando autonomía, también hay algunas ideas que puedes poner en marcha para promover la lectura. Una bien sencilla es hablar con tu hijo o hija, tu alumno o alumna, de lo que esté leyendo. Interesarte por los libros que está leyendo de su biblioteca personal, de la biblioteca escolar, etc. La conversación es una poderosa herramienta. Además de mostrar interés y respeto por su actividad lectora, te dará muchas pistas sobre sus gustos lectores; pistas que podrás utilizar para hacerle una recomendación, un regalo, o poner en marcha las siguientes propuestas que te hacemos.
Hazlo partícipe de alguna actividad de lectura compartida
Los niños de nueve a once años son lectores frecuentes. Sin embargo, en estas edades las tareas escolares aumentan y se suman a un gran número de actividades extra. Por ello, conviene seguir ayudándolos a encontrar tiempos para la lectura. La lectura es una actividad con un gran componente social. Y las actividades en las que se comparten lecturas son muy poderosas para desarrollar el gusto por la lectura y promover su práctica. Hazlos partícipes de un plan de lectura. Estos entornos contribuyen, sin ningún lugar a dudas, a reforzar su itinerario lector.
Recompensa sus logros lectores
Si has tenido presentes las ideas que hemos ido compartiendo contigo hasta ahora, no te será difícil pensar en alguna recompensa por sus logros lectores. Por ejemplo, ver la película basada en el libro que se ha leído. También puedes redecorar el espacio de lectura de una forma más acorde a sus nuevos gustos, etc. Si ya tienes un “devoralibros” en casa o en el aula, con ampliar la actividad lectora, probablemente, valdrá. También puedes valorar sus elecciones de títulos para recompensar sus esfuerzos en relación con la lectura.
Desde 12 años: lectores dando fruto
Comparte experiencias de lectura
La adolescencia es un periodo complejo. En estas edades, el acto de la lectura ha de ser, además y ante todo, libre y no condicionado. Sin embargo, siempre se pueden buscar oportunidades para la conversación en torno a la lectura. Bien preguntando a tu hijo o hija, tu alumno o alumna, por lo que se trae entre manos, bien compartiendo tus experiencias lectoras. En este último caso, si uno se limita a la literatura, puede ser difícil conectar con el lector actual, por lo que se puede pensar en otras ideas para establecer el diálogo. Por ejemplo, compartiendo el enlace a un artículo interesante en la web, o un vídeo de una canción que te guste especialmente.
Pon a su alcance lecturas de su interés
En estas edades hay un gran consumo de contenidos digitales por parte de los chavales. Y es especialmente necesario entender la lectura como algo que trasciende al papel impreso, y contemplar la diversidad de soportes que forman parte del día a día del adolescente (música, películas, revistas, cómics, ebooks, audiolibros, vídeos…). Aunque si tienes un lector voraz en casa es fácil que sienta mucho apego también por la lectura en papel. En cualquiera de los casos, tienes que poner a su alcance lecturas de su interés. Siempre preguntando, fomentando el diálogo, y con una fuerte capacidad de escucha. Nunca imponiendo, la lectura en estas edades debe ser un ejercicio de máxima libertad.
Plantea algún reto lector
Los retos son una estrategia que funciona muy bien casi a cualquier edad, así que también están en esta lista de ideas. Con los jóvenes también pueden funcionar, especialmente si los complementas con una recompensa atractiva. Un reconocimiento académico de algún tipo (diploma…) o un viaje en familia al sitio donde se desarrolló la trama de una de sus historias favoritas, por ejemplo, puede ser un buen reclamo. Aunque pueda no parecerlo, siempre hay algo que puede motivar a tu hijo o hija, tu alumno o alumna, adolescente en la lectura. Si se ha plantado la semilla en edades tempranas, con interés por su faceta lectora, promoción actividades en torno a la lectura, mantenimiento del diálogo en torno a ella, aunque la flor se haya marchitado un poco en este periodo, es fácil que sepas qué ofrecerle si acepta el reto. También puede ser él o ella quien lo proponga. Y tú sumarte, por supuesto. Dar ejemplo es fundamental para todas las edades.
Elisa Yuste – ODILO School Product Owner
Más información: https://www.elisayuste.com/