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¿Qué es el patrimonio audiovisual?
De entre todos los tipos de patrimonio cultural podemos decir que el audiovisual es el gran desconocido, ya sea porque los primeros registros datan de los siglos XIX-XXI; o porque no tienen tanto recorrido en el tiempo como la arquitectura, la música o la pintura. Sin embargo, esto no implica que las películas, los programas de televisión o las grabaciones de audio y vídeo no forman parte y construyan nuestro pasado de la misma manera.
Los documentos audiovisuales no solo transforman la sociedad al convertirse en un complemento permanente del registro escrito tradicional sino que, además, tienen un gran valor documental ya que, atestiguan la historia de la sociedad y las diversas culturas del mundo, así como su evolución a lo largo del tiempo. El patrimonio audiovisual nos permite presenciar eventos en los que no participamos y recuperar las voces del pasado.
Fiel reflejo de esto es que los acontecimientos más importantes de la historia reciente están recogidos en medios audiovisuales: la llegada del hombre a la luna, la caída del muro de Berlín, los atentados del 11S en Nueva York y del 11M en Madrid. Otros, no tan sonados, pero no menos importantes, como el asalto al Capitolio o la destrucción de la ciudad de Palmira. Todo eso sin contar con todo el “patrimonio audiovisual” que guardamos a nivel particular en nuestros dispositivos electrónicos y que han registrado más momentos relevantes para la humanidad, como la cotidianeidad durante la pandemia de COVID-19, hace apenas unos años.
Archivos audiovisuales
Generalmente, todo este material audiovisual se almacena en archivos como fonotecas, filmotecas y videotecas. Entidades que tienen como objetivos la salvaguardia, la gestión, la conservación, la restauración y otras operaciones de preservación de estos documentos.
Estos centros de custodia audiovisual son los que nos cuentan historias sobre la vida de las personas y las culturas de todo el mundo. Como se menciona anteriormente, esto brinda un valor incalculable que hace de refuerzo para la memoria colectiva, se convierte en una valiosa fuente de conocimiento ya que, reflejan la diversidad y los cambios culturales, sociales y lingüísticos de las diferentes comunidades. Conservar este patrimonio y asegurar que permanezca accesible es un objetivo vital para todas las instituciones dedicadas a la custodia documental.
Sin embargo, estos registros documentales son extremadamente vulnerables. Gran parte del patrimonio audiovisual mundial ya se ha perdido irremediablemente por el abandono, la destrucción, la decadencia y la falta de recursos. La naturaleza frágil de muchos de los formatos antiguos, como películas celuloide, cintas magnéticas o vinilos, hacen que estén en constante riesgo de deterioro, por lo que es indispensable utilizar todos los medios posibles para su preservación digital. Es por ello que algunas entidades, como ODILO, trabajan y ejecutan un plan de preservación que permita asegurar que la información, independientemente del paso del tiempo, la evolución de los formatos o la obsolescencia de la tecnología, siga estando disponible para la sociedad. En un mundo cada vez más digital, el reconocimiento y la preservación de este patrimonio adquiere una importancia fundamental como prueba fehaciente de los sucesos pasados, pero también de los presentes y futuros.
Día Mundial del Patrimonio Audiovisual
Para promover su conservación, en 2005, la UNESCO proclamaba el 27 de octubre como el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, y en conmemoración a la Recomendación para la Salvaguardia y la Conservación de las Imágenes en Movimiento, aprobada en 1980. El objetivo es sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia de conservar y proteger los documentos audiovisuales, así como de la necesidad de adoptar medidas urgentes para preservar y reconocer su importancia. A su vez, se rinde homenaje a los profesionales de la preservación audiovisual y a las instituciones que custodian este patrimonio para las generaciones venideras.
En definitiva, es fundamental que las organizaciones en todo el mundo trabajen y se enfoquen en la identificación, restauración, digitalización y preservación de los datos. Archivos, organizaciones no gubernamentales y empresas deben colaborar para que las futuras generaciones puedan disfrutar y aprender del patrimonio audiovisual.