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Para ti, Martín

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Odilo


El día 6 de noviembre nos dejó Martín Campoy, QA de Archivo en ODILO. Martín era una persona muy querida que desde el día en que empezó a formar parte del equipo en Cartagena se ganó un hueco en los corazones de todos. No hay mejor forma de conocerle y honrarle que con la carta que le han escrito todos sus compañeros:

 

«Hasta siempre, gente rara e hijos del contubernio»

Hace una semana nos abandonó de manera repentina Martín Campoy, un miembro muy querido y que tenía una importancia vital en el equipo de Odilo. Por una parte, Martín era el responsable de garantizar que las diferentes evoluciones de los productos de archivo y preservación superaban los controles de calidad y de verificar su funcionamiento, nada menos. Por otra, nos alentaba a mejorar, cohesionaba al equipo y nos impregnaba con su entusiasmo constante.

Martín llegó un 14 de febrero a Odilo, con ese aire que siempre tenía de querer comerse el mundo, pero con paciencia, «no hay por qué agobiarse». Antes de entrar, ya le habíamos avisado de que el trabajo aquí era duro: mucho que hacer, solo 40 horas a la semana y, sobre todo, mucho que aprender. No le dio miedo, al contrario. Ya nos lo decía muchas veces, cuando hablábamos de alguna tarea difícil, «No te tengo miedo». Pese a las dificultades que se le presentaban en su día a día jamás tenía una palabra mala y terminaba viéndole el lado positivo y sacándote una sonrisa.

Empezó y continuó con mucha ilusión, hasta el último momento. Eso también se notaba en su cara, y no solo por la crema para el rostro que utilizaba, porque «hay que cuidarse, chavales». Comprometido, metódico e ilusionado con su trabajo, cada día venía con una mochila cargada de energía y motivación, un soplo de alegría para todos sus compañeros.

En el proceso, se convirtió en amigo de toda persona con quien hablaba porque, otra cosa no, pero tenía palique para rato. No siempre explícito en sus sonrisas, dado que manejaba con maestría la ironía, era capaz de derrochar felicidad por donde pasaba. Se hizo amigo hasta de los compañeros de batalla, ya sabéis, los desarrolladores, a.k.a. archienemigos de Q&A. Entre todos encontramos el equilibrio para que el buen rollo primara en la 5ª planta de la factoría de desarrollo de Cartagena. Y eso se nota.

Realmente tenía cualidades para ascender. Quizás por eso se nos haya ido antes y esté ya allá arriba donde quizás lo necesiten todavía más.

De él nos quedamos con esas ganas de aprender y de mejorar, con su desparpajo, sus ardiles y su recuerdo.

Odilo tendrá siempre un sitio para ti. Te recordaremos siempre.
DEP Martín.
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