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El tema del fomento de la lectura es recurrente en nuestro blog, tanto enfocado al medio digital como en el contexto de la sociedad. Según una nota de prensa del Gobierno de España de enero de 2018, los índices de lectura en nuestro país se han visto incrementados hasta en un 65,8 %. Lo que es más, el 59,7 % de los españoles elige leer en su tiempo libre, más allá de imposiciones fijadas por trabajo o estudios.
¿Tendrá este hecho algo que ver con el auge experimentado por las bibliotecas digitales en nuestro país? El número de españoles que se valen del soporte digital para sus lecturas ha aumentado en 18 puntos si lo comparamos con las cifras de 2012, y alcanza ya el 76,3 % de los españoles mayores de catorce años. Dentro de las lecturas en soporte digital, las bibliotecas digitales promueven la difusión de contenidos y conocimientos, universalizan la educación y pueden suponer la base para desarrollar trabajos científicos. Como apunte, además, el año 2017, el 80 % de los libros digitales fueron consumidos gratis por el usuario. Todos estos datos implican necesariamente un aumento del consumo de lectura y protección de la propiedad intelectual, velando tanto por los derechos de los autores como la calidad de los contenidos.
Con todo, las cifras presentadas sobre el hábito de lectura en España, tanto en papel como en formato digital, todavía se pueden mejorar. Y es que, aunque los datos sean mejores, siempre hay motivos para mejorar en el campo de la lectura, ya que son numerosos los beneficios que nos aporta. Agudiza la astucia y curiosidad, estimula el intercambio de conocimientos, retarda la aparición de los síntomas de la demencia, y estimula la percepción, la empatía y la concentración.
Es cierto que muchas veces leer se convierte en un reto. La lectura es un hábito relativamente nuevo, que no forma parte del instinto del ser humano: nos obliga a estar concentrados en una sola actividad, cuando la conducta predominante de nuestro cerebro es distraerse ante los estímulos. Este comportamiento viene dado por la necesidad del hombre de estar alerta ante cualquier posible imprevisto. Esta dispersión del cerebro que nos juega tantas malas pasadas a la hora de leer o estudiar tiene sentido si tenemos en cuenta que, en el pasado, el focalizarse en una única tarea mermaba las probabilidades de supervivencia de nuestros ancestros. Sin embargo, la sociedad ha cambiado mucho desde entonces y nos podemos dedicar a la lectura sin correr ningún peligro. Teniendo en cuenta todos los beneficios que nos puede aportar, ¿por qué no seguir dándole oportunidades a la lectura?
Si decidimos darle el «sí» a la lectura, no podemos obviar que los hábitos de lectura son susceptibles de variar enormemente entre lector y lector. A este respecto, ¿te has planteado alguna vez el tipo de lector que eres tú y cuáles son los pros de tus características como lector para poder potenciar tus hábitos de lectura? A modo de juego, hemos seleccionado diez tipos de lectores para que te puedas embarcar de forma más consciente en la aventura lectora, y hemos elaborado este test para que veas en cuál te enmarcarías tú. ¿Te atreves a descubrirlo?
C. Ródenas